La historia de SEO comenzó a mediados de la década de 1990, cuando los profesionales del marketing digital empezaron a optimizar los sitios web para que aparecieran más arriba en los resultados de los motores de búsqueda, pero sus raíces se remontan incluso antes, a los caóticos primeros días de Internet.
La optimización de motores de búsqueda no empezó como una práctica formal. Antes de que existiera el término, los profesionales del marketing y los administradores de sitios web de mediados de los noventa ya intentaban influir en las clasificaciones de búsqueda modificando las metaetiquetas y el uso de palabras clave. Pero el punto de inflexión llegó en 1997, cuando apareció por primera vez la expresión «optimización de motores de búsqueda». Pioneros como John Audette y Bruce Clay empezaron a dar forma a lo que con el tiempo se convertiría en una de las disciplinas de marketing online más influyentes.
Hoy en día, el SEO es una industria de más de 86.800 millones de dólares (a partir de 2025, según Statista) que se adapta constantemente a los cambios en la tecnología, el comportamiento de los usuarios y las actualizaciones del algoritmo de Google. Pero, ¿cómo hemos pasado de rellenar palabras clave en metaetiquetas a optimizar para motores de búsqueda impulsados por IA?
Para comprender plenamente la evolución de SEO, vamos a desglosarla por fases clave.

¿Cuándo se hizo popular SEO?
SEO se popularizó a principios de la década de 2000, cuando el ascenso de Google -y su inesperada alianza con Yahoo- convirtió una práctica entre bastidores en una estrategia de marketing imprescindible.
A mediados de los noventa, lo que hoy llamamos SEO se parecía más a un salvaje oeste digital. No había reglas, ni normas, ni actualizaciones de algoritmos. Los profesionales del marketing utilizaban términos como «posicionamiento web» o «promoción del sitio». Si sabías cómo modificar las metapalabras clave o aparecías en el directorio de Yahoo, ya llevabas ventaja. Pero no era exactamente la corriente dominante. La mayoría de los empresarios no tenían ni idea de que se podía influir en su presencia en Internet, y mucho menos planificarla estratégicamente.
Entonces, en 1997, la frase «optimización de motores de búsqueda» empezó a aparecer en las presentaciones de las agencias y en las charlas de las conferencias. Aún no era de dominio público, pero la semilla estaba plantada.

Esa semilla explotó un año después, cuando Google entró silenciosamente en escena con algo que ningún otro motor tenía: PageRank. Se trata de un algoritmo utilizado por Google Search para clasificar las páginas web en los resultados de su motor de búsqueda. Así, en lugar de contar cuántas veces aparecía una palabra clave, Google se fijaba en cuántos sitios de calidad enlazaban con la suya. De repente, el contenido y los enlaces importaban más que meter palabras clave en etiquetas invisibles.
Sin embargo, Google no era el favorito. El verdadero punto de inflexión se produjo en 2000, cuando Yahoo -entonces el rey de los portales- eligió a Google como motor de sus resultados de búsqueda. De la noche a la mañana, millones de usuarios utilizaban sin saberlo el algoritmo de Google cada vez que tecleaban en la barra de búsqueda de Yahoo. Cada resultado de búsqueda tenía una pequeña leyenda: «Powered by Google». Esa frase cambió muchas cosas.
Entre 2000 y 2005, las empresas se dieron cuenta. De repente, aparecer en la primera página no era una curiosidad técnica, sino algo esencial para conseguir clientes. La construcción de enlaces se convirtió en una industria. Aparecieron los anuncios PPC. Surgieron agencias que ofrecían «garantías de clasificación».
Entonces, en 2003, Google lanzó la infame actualización de Florida, que eliminó las tácticas de spam y obligó a los vendedores a limpiar sus actos. El SEO ético se convirtió en la nueva norma.
En el 97, SEO era manual; ahora lanza cientos de landing pages con Páginas Programáticas.
¿Quién inventó el SEO?
La invención de la optimización de motores de búsqueda se atribuye a menudo a los primeros profesionales del marketing digital, como Bob Heyman, Leland Harden, Danny Sullivan y Bruce Clay, figurasque, a mediados y finales de la década de 1990, empezaron a probar cómo clasificaban los primeros motores de búsqueda las páginas web y cómo se podían mejorar esas clasificaciones utilizando palabras clave, enlaces y metadatos.

Retrocedamos hasta 1995. La Red era todavía un territorio nuevo y los motores de búsqueda como Excite o Lycos estaban aprendiendo a rastrear y catalogar sitios web. La mayoría de la gente no pensaba mucho en los rankings de búsqueda… hasta que, según cuenta la leyenda, el mánager de un grupo de rock no encontraba su sitio en Internet.
Esa banda era Jefferson Starship.
Según una anécdota ampliamente compartida, Bob Heyman y su socio Leland Harden, que trabajaban en la promoción digital de la banda, se dieron cuenta de que el sitio aparecería más arriba si el nombre del grupo aparecía más a menudo en la página. Así que añadieron más menciones. Ese sencillo movimiento -esencialmente el primer relleno de palabras clave- ayudó al sitio a subir en los resultados de los motores de búsqueda. Aún no se llamaba SEO, pero ese momento suele citarse como uno de sus primeros impulsos.
Entonces, en 1997, una pequeña agencia llamada Webstep Marketing soltó una frase que cambiaría el marketing online para siempre: «optimización de motores de búsqueda» (aunque algunas fuentes atribuyen al periodista Danny Sullivan haber ayudado a popularizar el término más o menos en la misma época). Apareció en un pitch deck, dando nombre a lo que se estaba convirtiendo rápidamente en una estrategia.
Poco después, Sullivan lanzó Search Engine Watch, un blog que se convirtió en la biblia de los webmasters que intentaban entender las metaetiquetas, los enlaces entrantes y la misteriosa lógica que subyace a las páginas de resultados de los motores de búsqueda.
Si Danny enseñó la teoría, Bruce Clay aportó la práctica. Clay, uno de los primeros en ofrecer servicios de SEO de forma profesional, contribuyó a que el SEO pasara de ser un jugueteo de aficionados a convertirse en una industria en toda regla. Formó a profesionales del marketing, escribió guías e incluso acuñó una terminología que aún hoy determina la forma de hablar del mundo de la estrategia de SEO.
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5 fases clave de la evolución de SEO desde su creación hasta 2025
La historia de SEO se lee como una saga tecnológica de ritmo rápido: desde la introducción de palabras clave en las metaetiquetas en los años 90 hasta la optimización para la búsqueda conversacional impulsada por la IA en 2025. Cada fase de esta evolución ha estado marcada por los cambios en la tecnología de los motores de búsqueda, las actualizaciones del algoritmo de Google y el modo en que los usuarios utilizan Internet para encontrar contenidos relevantes.

1. Los inicios de SEO (años 90)
La historia de SEO comenzó en los años 90, cuando los primeros motores de búsqueda como AltaVista, Lycos y Yahoo Directory intentaron dar sentido a la creciente red mundial. Por aquel entonces, bastaba con incluir las palabras clave adecuadas en las metaetiquetas y enviar el sitio a un directorio para aparecer en los primeros puestos de las páginas de resultados de los buscadores.
No había herramientas SEO, ni directrices, sólo ensayo y error. Los webmasters recurrían al relleno de palabras clave y nadie hablaba de la intención del usuario o de la relevancia de los enlaces entrantes. Pero en 1997, el término «optimización para motores de búsqueda» empezó a aparecer, dando nombre y futuro a esta práctica clandestina.
Lo que cambió en esta fase:
- SEO semántico: Prácticamente inexistente; los motores de búsqueda emparejaban las palabras clave literalmente sin entender el contexto.
- SEO en el sitio web: Centrado por completo en el relleno de palabras clave en metaetiquetas y contenido visible.
- SEO fuera del sitio: Mínimo o nulo énfasis: los listados de directorios eran lo más parecido.
- SEO local: No es un concepto definido aún; directorios como Yahoo! listan los sitios por categoría, no por ubicación.
- SEO técnico: Los envíos manuales de sitios eran clave; no existían sitemaps ni mecanismos de control de rastreo.
2. Comienza la era Google (década de 2000)
Todo cambió con el lanzamiento de Google en 1998. A principios de la década de 2000, se había convertido en la propiedad de búsqueda dominante, gracias en gran parte a su algoritmo PageRank, que convirtió los enlaces externos en un factor de clasificación clave. Esto marcó el comienzo de la primera oleada real de estrategia SEO, en la que los factores fuera de la página, como los vínculos de retroceso, pasaron a ser tan importantes como lo que aparecía en la página.
La actualización de Google de Florida en 2003 supuso la represión de las tácticas de sombrero negro y el relleno de palabras clave. De repente, el contenido de calidad y la optimización ética cobraron importancia. El sector de la SEO empezó a profesionalizarse: se crearon agencias, despegaron los anuncios de búsqueda de pago y herramientas como Google Analytics y Webmaster Tools proporcionaron a los profesionales del marketing los datos necesarios para tomar decisiones más inteligentes.
Lo que cambió en esta fase:
- SEO semántico: El PageRank de Google sentó las bases para interpretar la autoridad a través de los backlinks, pero aún no el contexto.
- SEO en el sitio web: La calidad y la estructura del contenido adquirieron mayor importancia, aunque las palabras clave seguían dominando.
- SEO fuera del sitio: Los backlinks se convirtieron en un importante factor de clasificación.
- SEO local: Empezó a surgir con las primeras iteraciones de Google Maps y los listados de empresas (por ejemplo, Google Local en 2004).
- SEO técnico: Google Webmaster Tools (2006) introdujo informes de errores de rastreo, sitemaps y comentarios robots.txt.
3. La era de la calidad de los contenidos y la experiencia del usuario (2010-2014)
A medida que Internet maduraba, Google se centró en ofrecer resultados de búsqueda relevantes y de alta calidad. La actualización de Panda (2011) penalizó a los sitios con contenido débil o duplicado, y Penguin (2012) se centró en las tácticas de creación de enlaces no deseados. El objetivo de SEO ya no era engañar al sistema, sino crear contenido de alta calidad que mereciera clasificarse.
Google también empezó a dar prioridad a la experiencia del usuario. En 2010, la velocidad del sitio se convirtió en un factor de clasificación. En 2014, las páginas web adaptadas a dispositivos móviles se vieron favorecidas en las clasificaciones de búsqueda, una señal de lo que estaba por llegar con la indexación mobile-first. Esta era enseñó a los profesionales del marketing que el contenido tenía que servir a los usuarios reales, no solo a los rastreadores de los motores de búsqueda.
Lo que cambió en esta fase:
- SEO semántico: Todavía limitado, pero Panda y Penguin fomentaron la relevancia y la calidad de los contenidos.
- SEO en el sitio web: El diseño centrado en el usuario, una mejor estructura de contenidos y un formato adaptado a dispositivos móviles empezaron a influir en las clasificaciones.
- SEO fuera del sitio web: Se penalizó la creación de enlaces fraudulentos; el objetivo pasó a ser los enlaces naturales de alta calidad.
- SEO local: Google My Business se lanzó en 2014, estandarizando los listados locales y la visibilidad del paquete de mapas.
- SEO técnico: La velocidad del sitio se convirtió en un factor de clasificación (2010), se priorizó la usabilidad móvil y la rastreabilidad.
4. Móvil, búsqueda semántica e integración de IA (2015-2019)
La segunda mitad de la década de 2010 trajo consigo algunos de los mayores cambios de la historia de SEO. La búsqueda móvil superó a la de escritorio, y Google respondió con Mobilegeddon en 2015, dando un impulso a los contenidos adaptados al móvil en los resultados de búsqueda móvil.
Pero la verdadera revolución llegó con la búsqueda semántica y la IA. La actualización Hummingbird de Google (2013) permitió al algoritmo entender la búsqueda conversacional y el lenguaje natural. RankBrain (2015), un sistema de aprendizaje automático, ayudó a interpretar las consultas ambiguas de los usuarios. Y en 2019, BERT permitió a Google captar los matices detrás de palabras y frases, mejorando drásticamente la forma en que entendía la intención de búsqueda.
Los profesionales tenían que pensar más allá de las palabras clave: ahora se trataba de contexto, relevancia y optimización para la forma en que la gente habla y busca realmente.
Lo que cambió en esta fase:
- SEO semántico: Cambio importante-Hummingbird (2013), RankBrain (2015) y BERT (2019) permitieron una verdadera comprensión basada en el contexto.
- SEO en el sitio web: La atención se centró en el lenguaje natural, la intención de búsqueda y el contenido estructurado alineado con las consultas de los usuarios.
- SEO fuera del sitio web: La calidad de los backlinks sigue siendo importante, pero el contexto (relevancia del dominio enlazante) gana peso.
- SEO local: El dominio de las búsquedas móviles acentuó los resultados basados en la proximidad; las citas y reseñas locales ganaron valor.
- SEO técnico: La indexación mobile-first (2016+), los datos estructurados (Schema.org), la adopción de HTTPS y la optimización del crawl budget se convirtieron en claves.
5. La era de la IA y la búsqueda conversacional (2020-2025)
En la década de 2020, la inteligencia artificial se hizo con el control de ambos lados de la ecuación de búsqueda: cómo clasifican los motores los contenidos y cómo buscan los usuarios. En 2020, BERT estaba integrado en casi todas las consultas en inglés. El rastreador web de Google entendía algo más que palabras: leía significados.
Al mismo tiempo, la búsqueda por voz se generalizó gracias a asistentes como Siri, Alexa y Google Assistant. La gente hacía preguntas en voz alta, desencadenando la búsqueda conversacional. El contenido tuvo que optimizarse para frases completas, preguntas habladas y respuestas naturales.
Entonces llegó el punto de inflexión: ChatGPT se lanzó a finales de 2022 y, para 2023, millones de usuarios recurrían a la IA para tareas similares a las de búsqueda. Los motores de búsqueda tuvieron que responder. Microsoft Bing integró GPT-4, Google lanzó Bard y anunció Gemini, su IA generativa más avanzada, que ahora da forma a los resultados de los motores de búsqueda con descripciones generales de IA y respuestas personalizadas.
En esta era impulsada por la IA, SEO significa algo más que crear contenido: significa demostrar que su contenido es real, experto y digno de confianza. Google hace hincapié en E-E-A-T (Experience, Expertise, Authority, Trustworthiness), especialmente en un mundo inundado de palabrería generada por IA.

Lo que cambió en esta fase:
- SEO semántico: Los modelos de IA como BERT, MUM y Gemini permiten una comprensión casi humana de los matices, el tono y la intención de búsqueda.
- SEO en el sitio web: El contenido debe sonar natural, responder a preguntas complejas y demostrar E-E-A-T, especialmente en contextos generados por IA.
- SEO fuera del sitio: La calidad de los enlaces sigue siendo importante, pero también se evalúan las menciones de marca, la autoridad temática y la transparencia del autor.
- SEO local: La búsqueda por voz y el comportamiento móvil dan forma a las consultas locales; la IA puede inferir la intención local incluso sin términos de localización.
- SEO técnico: Los rastreadores de IA analizan el significado de las páginas, no solo su estructura; Core Web Vitals, los datos estructurados y la UX móvil siguen siendo fundamentales para la visibilidad.
Fase | Qué la definió |
---|---|
1990s | Metaetiquetas, relleno de palabras clave, directorios |
2000-2009 | PageRank, backlinks, Google Analytics, búsqueda de pago |
2010-2014 | Panda, Penguin, actualizaciones mobile-friendly |
2015-2019 | RankBrain, BERT, indexación móvil, búsqueda semántica |
2020-2025 | IA generativa, búsqueda conversacional, optimización por voz |
¿Cómo ha cambiado la IA el SEO?
La IA cambió SEO al ayudar a los motores de búsqueda a entender mejor lo que la gente quiere decir realmente cuando busca, centrándose más en la intención y el contexto que en la mera coincidencia de palabras clave.
De 2020 a 2025, la inteligencia artificial ha transformado el libro de jugadas de la optimización de motores de búsqueda, redefiniendo todo, desde cómo los motores de búsqueda leen el contenido hasta cómo los profesionales del marketing lo escriben.

Las búsquedas solían ser predecibles: escribir una consulta, escanear la lista de 10 enlaces azules, hacer clic, desplazarse, repetir. Pero cuando la IA se convirtió en el motor del algoritmo de Google, toda la experiencia de búsqueda evolucionó.
He aquí cómo la IA ha cambiado nuestra forma de optimizar para las búsquedas:
La IA entiende la intención de búsqueda y el contexto
El núcleo de este cambio es una comprensión más profunda de las consultas de los usuarios. Los modelos BERT y MUM de Google introdujeron un procesamiento del lenguaje natural que permitió al algoritmo ir más allá de las coincidencias exactas y analizar los matices. En lugar de coincidir con las palabras clave, la búsqueda de Google ahora analiza el contexto: lo que el usuario realmente quiere, no sólo lo que ha escrito.
Esto tiene enormes implicaciones para la estrategia de SEO. El contenido tiene que responder a preguntas reales, proporcionar contenido relevante y alinearse con la intención de búsqueda. Las páginas que se centran en la creación de contenidos de alta calidad -y no sólo en las palabras clave- son las que ganan en las clasificaciones de los motores de búsqueda.
Creación y optimización de contenidos basados en IA
Por parte de los profesionales del marketing, la IA se ha convertido en coguionista. Herramientas como ChatGPT y Jasper ayudan ahora a los profesionales del SEO a crear contenidos optimizados desde el principio. Desde sugerir palabras clave relevantes hasta mejorar la estructura y el tono, estas plataformas aceleran la producción de contenidos sin sacrificar la calidad.

La IA también puede optimizar. Las metaetiquetas, los encabezados e incluso las sugerencias de enlaces pueden ajustarse con herramientas de IA que aprenden lo que funciona bien en las páginas de resultados de los motores de búsqueda. Para los especialistas en marketing de contenidos, es como tener un estratega digital integrado en el flujo de trabajo.
Investigación predictiva y más inteligente de palabras clave
La IA también ha eliminado las conjeturas en la búsqueda de palabras clave. Plataformas como Ahrefs y SEMrush utilizan el aprendizaje automático para identificar tendencias al alza, rastrear la dificultad de las palabras clave y predecir qué términos merece la pena seleccionar. Este poder predictivo proporciona a los equipos de SEO una gran ventaja: pueden alinear el contenido con lo que los usuarios están a punto de buscar, no sólo con lo que buscaron el mes pasado.
Este tipo de previsión no era posible en fases anteriores de la historia de SEO. Ha hecho que el sector se base más que nunca en los datos y tenga más visión de futuro.
Automatización de tareas SEO repetitivas
Si alguna vez ha pasado horas optimizando etiquetas de título o creando enlaces salientes, ahora la IA le cubre las espaldas. Desde la automatización de auditorías técnicas hasta la sugerencia de enlaces internos y el seguimiento del rendimiento de la búsqueda móvil, la IA se encarga de las partes aburridas para que usted pueda centrarse en la estrategia.
Incluso los factores externos a la página, como la difusión de enlaces o la supervisión de la reputación, pueden automatizarse en parte. Este cambio ha redefinido la productividad en el sector SEO y ha subido el listón de lo que significa «optimizado».
Los motores de búsqueda luchan contra el spam
Pero no todos los contenidos generados por IA son buenos. A medida que las herramientas automatizadas inundaban la web, Google tuvo que reaccionar. La Actualización de Contenido Útil (2022) y sus Actualizaciones de Núcleo y Spam de 2024 se centraron en las páginas escritas con IA que eran genéricas, repetitivas o claramente escritas para los motores de búsqueda, no para las personas.
Hoy en día, el algoritmo de Google es capaz de detectar a la legua la falsedad de la IA. Recompensa la autenticidad, la relevancia de los enlaces entrantes y el contenido útil y humano. Si te apoyas en la IA para crear contenido, es mejor que suene como si viniera de alguien que realmente sabe lo que hace.
Los resultados de búsqueda ahora son conversacionales
Quizá el cambio más drástico sea el aspecto de los resultados de las búsquedas. En 2025, los resultados de los motores de búsqueda no serán una simple lista de enlaces, sino respuestas inteligentes. Google introdujo los resúmenes de IA y el modo de IA de Gemini, que ofrece respuestas sintetizadas en la parte superior de la página.
Esto significa que el modelo tradicional de clics está desapareciendo. Para seguir siendo visible, tu contenido tiene que ser lo suficientemente bueno como para ser citado por la IA, o al menos lo suficientemente convincente como para atraer clics de usuarios que ahora están acostumbrados a obtener respuestas instantáneas.
¿Cuándo adquirió Google importancia en la SEO Historia?
Google entró en la historia de SEO en 1998, cuando lanzó el algoritmo PageRank, un avance que transformó la forma en que los motores de búsqueda clasificaban las páginas web.
Desarrollado por Larry Page y Sergey Brin, trataba cada enlace externo como un voto de confianza. Cuantos más enlaces de calidad tenía una página, más fiable parecía.
Esta idea puso patas arriba la optimización de los motores de búsqueda. De repente, no bastaba con llenar una página de palabras clave o manipular las metaetiquetas. Se necesitaban backlinks reales y relevantes. Y así, sin más, Google redefinió lo que significaba ocupar un lugar destacado en los resultados de los motores de búsqueda.
En el año 2000, Google redobló su modelo basado en enlaces con el lanzamiento de la barra Google. Por primera vez, los profesionales del SEO podían ver las puntuaciones de PageRank de cualquier sitio, directamente en su navegador. Esa diminuta barra verde enviaba un mensaje: los enlaces importaban. Y mucho. Casi de la noche a la mañana, la construcción de enlaces se convirtió en el corazón de la estrategia de SEO.
A medida que los resultados del motor de búsqueda de Google se hacían más relevantes, más rápidos y con menos spam que los de otros motores de búsqueda, no sólo aumentó su popularidad, sino que se convirtió en la norma. A principios de la década de 2000, optimizar para Google era SEO. Y a partir de ese momento, toda la industria del SEO siguió el ejemplo de Google, una actualización del algoritmo cada vez.
¿Cuál fue la primera empresa de optimización de motores de búsqueda?
Se cree que la primera empresa ampliamente reconocida por ofrecer SEO como servicio profesional fue Webstep Marketing, que empezó a utilizar el término «posicionamiento en buscadores» en 1997. En una época en la que pocos fuera de los círculos tecnológicos sabían siquiera qué eran los rankings de búsqueda, Webstep posicionó el SEO como un servicio estratégico, ayudando a convertirlo de una práctica en una industria.
Su uso del término contribuyó a legitimar el SEO en el mundo empresarial. Cuando el PageRank de Google pasó a centrarse en la relevancia de los enlaces entrantes y en las páginas web de alta calidad, otras empresas de SEO siguieron su ejemplo. Poco después, pioneros del sector como Bruce Clay y Danny Sullivan (a través de Search Engine Watch) ayudaron a definir las bases de la estrategia moderna de SEO.
¿Cuáles fueron las primeras herramientas SEO?
Una de las primeras herramientas verdaderamente SEO fue WebPosition Gold, lanzada en 1997 para ayudar a los webmasters a seguir las clasificaciones en los motores de búsqueda, investigar palabras clave y enviar sitios web a múltiples motores de búsqueda.
A mediados y finales de los 90, la optimización de motores de búsqueda era todavía un concepto nuevo y las herramientas SEO se crearon para resolver problemas prácticos. Aparecer en los resultados de las búsquedas no era automático: había que enviar el sitio manualmente. Herramientas como SubmitWolf (1997) facilitaban ese proceso, ofreciendo envíos masivos a miles de los primeros motores de búsqueda y directorios.

AddWeb, introducido en 1998, lo amplió combinando el envío de sitios con el seguimiento de palabras clave y el análisis de la popularidad de los enlaces. Fue uno de los primeros indicios de que un programa informático SEO podía hacer algo más que enviar sitios: podía dar forma a la estrategia.
En la década de 2000 surgieron plataformas más avanzadas. SEOmoz (ahora Moz) se lanzó en 20024, seguida de Google Webmaster Tools en 2025. Estas herramientas proporcionaban a los usuarios información directa sobre el rendimiento de sus sitios en los resultados de los motores de búsqueda. Más tarde llegaron SEMrush, Ahrefs y Ubersuggest, que ofrecían información detallada sobre los perfiles de backlinks, las oportunidades de palabras clave y el rendimiento de los motores de búsqueda.
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Desde los inicios de SEO en los años 90, una cosa ha permanecido constante: los motores de búsqueda recompensan los contenidos que cumplen sus normas de relevancia, claridad y calidad. Estas normas han evolucionado drásticamente. Los primeros días del relleno de palabras clave dieron paso al PageRank y la construcción de enlaces. Después llegaron la indexación móvil, el procesamiento del lenguaje natural y los resultados de búsqueda basados en inteligencia artificial. Cada capítulo de la evolución de SEO ha cambiado lo que se necesita para clasificarse.
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